11 may 2011

Perdón por el retraso


Freedom soon will come;
Then we’ll come from the shadows.

En una entrada anterior contaba una historia de un fulano sentado en una terraza mirando a una mosca agonizar. Hoy toca otra de terrazas. Cada uno busca su atalaya desde la que mirar el mundo.
Retomo este espacio de expresión por la perplejidad que me supuso ser denunciado por expresarme en la terraza de un bar. Sí señora, denunciado. Soy consciente que, dado mi historial (tengo antecedentes penales), es muy posible e incluso razonable que alguien piense que lo que cuento a continuación no sucedió tal y como lo cuento. Si, por ejemplo, se lo explico a mi madre, ella seguramente pensará: “algo dirías”. O bien: “algo harías”. Incluso mi amigo Tomassino hubiera pensado algo parecido. De jueces ya ni hablamos ¿Qué le vamos a hacer? Uno tiene una credibilidad limitada si se trata de toparse con la ley. Por suerte, mi amigo Tomassino estaba conmigo cuando todo esto sucedió. Igual que varias personas más que estaban sentadas en la misma terraza que nosotros.
Así que voy a contar las cosas utilizando el espacio cibernético ya que por la calle es peligroso. Como decía el partisano de la canción de Cohen: pronto llegará la libertad y saldremos de las sombras. Entretanto, sigamos afilando nuestros cuchillos.