Volvemos por nuestras fans

Habrá quién diga que muchas vacaciones son para una editorial que acaba de nacer pero es que esto de la literatura da mucho dinero. Un auténtico fenómeno literario se ha llegado a decir por ahí de nosotros. Cómo se puede ver en la fotografía, se podría decir que se han quedado incluso cortos.

Terminada la primera temporada va siendo hora de hacer balance. A pesar de ser una editorial casi invisible, nuestra primera obra ha obtenido una gran acogida de público y crítica y, por qué no decirlo, una gran resonancia en el panorama narrativo. Descontando las oficinas centrales de las Ánimas, los números no engañan:

Librería Cálamo: 1 ejemplar vendido

Librería Antígona: 2 ejemplares vendidos

Librería Central: 1 ejemplar vendido (sabemos quién lo compró)

Librería Anónima: 2 ejemplares vendidos (también lo sabemos)

Librería Portadores de Sueños: 0 ejemplares vendidos (decir en nuestra descarga que no lo tenían expuesto. Estaba en el almacén)

En cuanto a la crítica:

Reseñas en prensa escrita: 0

Reseñas en blogs: 0

Algún tipo de comentario en Internet: 4 (Si descontamos este blog y la web  de Oscar Baiges, nuestro diseñador de culto, nos quedan otros dos blogs. De palabras y palabros, lo lleva una amiga. Y el último de un nuevo fan al que no conocíamos, un tal Neuronántico)

Eso sí, las viejas que tomaban el fresco con la abuela del autor en la puerta de casa lo han comprado, y consta que alguna es casi ciega. Se han pasado el verano de grupo de lectura, en plan Arman, nuestro importante especialista en la materia. Oye Remedios, tú por dónde vas. Por cuando llega el pintor ese a Albalbina y lleva un… Calla, por Dios, que yo aún voy por lo del rebaño de Pedro Cortés. Oye, hija, pues a ver si lees más deprisa que luego refrescará y no podremos estar aquí de tertulia.

En fin, que seguimos, que no estábamos muertos, que estábamos tomando cañas.

Las Ánimas nunca mueren. Pueden vagar, estar en pena, ser errantes, marchar con el diablo, ser compradas, vendidas o robadas (generalmente por el diablo, pero que nadie deje de sujetarse la suya cuando entre al banco). A veces, se te puede caer a los pies. Incluso si la dejas por ahí de cualquier manera alguien te la puede partir. Se puede hasta no tener.  

Pero morirse… ¡por favor!

Las Ánimas son inmortales, por lo menos las nuestras. Cada cual que haga de la suya lo que le de la gana. Faltaría más.

Así que volvemos a vagar por la ribera del Huerva. Está ya en marcha nuestro segundo título y su correspondiente función de teatro para presentarla. Para este segundo libro de la colección hemos vagado hasta otro río amigo, el Cinca. Mantendremos informadas a nuestras Ánimas afines.

Salud a todo el mundo